Un joven de 19 años decidió hacerse una prueba de ADN por pura diversión, pero nunca imaginó que esto cambiaría su vida y la de su familia para siempre. Por poco más de 80 euros, el hombre adquirió una prueba genealógica que destapó un oscuro secreto familiar que había sido enterrado en el pasado.
Una vez que llegaron los resultados, el joven notó algo extraño: solo compartía el 29,2% de ADN con su padre biológico supuesto. A pesar de esto, compartían el mismo haplogrupo paterno y se parecían mucho, por lo que el joven creía que era su padre. Sin embargo, otra peculiar coincidencia llamó su atención: compartía el 24,6% de ADN con su prima, mucho más de lo que se espera entre primos.
Después de considerar la posibilidad de que hubiera un error en la prueba, el joven llegó a la conclusión más simple: su tío, el padre de su prima y hermano de su padre, era su padre biológico. La noticia fue un golpe duro para él, y confrontó a su madre para obtener respuestas. Ella cayó al suelo llorando y le rogó que no le dijera a su padre.
El joven no pudo mantener el secreto, y confrontó a su tío también. La noticia provocó una confrontación física entre su tío y su padre supuesto, y la familia se desmoronó. A pesar de los sentimientos de culpa que le invadieron, el joven no se arrepiente de haberse hecho la prueba de ADN que cambió su vida y la de su familia para siempre.